La lavanda es una de las plantas más conocidas y reconocibles en nuestra cultura. Su imagen se ha convertido en icono de la naturaleza, de sus valores y beneficios. Su fragancia sencilla, fresca, clásica, intemporal, ¿a quién no evoca sensación de bienestar?
Valorada desde la antigüedad por sus múltiples propiedades, a lo largo de la historia los botánicos han identificado y descrito las diferentes especies, subespecies e híbridos silvestres de lavándulas, a las que se añade un sinfín de “variedades de campo” a partir del siglo XX, más preparadas para satisfacer la importante demanda de esta planta y sus productos en el mundo moderno.